JAEN, LA TIERRA DEL RONQUÍO. la leyenda.

Cierta mañana de verano, unas cuadrillas de labradores se disponían a cosechar con su guadaña las mieses de sus campos; pero como los moros podían aparecer en cualquier momento, pusieron a uno de ellos, más gandul, a vigilar las inmediaciones del Cerro de San Cristóbal por si aparecían por allí, con el encargo de que avisara inmediatamente si así sucedía. Allá que se fue el gandul a la cima de un otero, donde buscó sentarse bajo la sombra, apoyando su espalda en un árbol que allí había. No pasó mucho tiempo cuando, a lo lejos, unas sombras enemigas se acercaban sigilosamente sin apercibirse de ello nuestro gandul, pues ya llevaba un buen rato dormido profundamente; pero en aquel preciso momento emitió tal ronquido, que apercibió de tal forma a las cuadrillas de labradores -al entender éstos como aviso aquel pedazo de vibración gutural-, que viéndose en mayoría y con las guadañas bien afiladas, pusieron en huída a los enemigos.

Escrito porl el cronista oficial de Jaen D, Alfredo Cazaban en el año 1923.

1 comentario:

  1. Mi comentario es referente al artículo titulado:

    ¿cuantos cojen el coche diariamente en la capital?

    Menuda falta de ortografía. El verbo correcto es "cogen" con "g" de gato :-(

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